top of page
  • Foto del escritorLucía Chiola Iannone

Batalla interna

Me parece hasta un poco valiente este intento tuyo por resolver los problemas que suceden a tu alrededor. No sé, digo, si es complicado entenderte a vos mismo, más debe serlo comprender a tu entorno. Pero lo realmente valorable es que te concentres en la destrucción ajena, cuando por dentro tuyo abundan los escombros. El problema es que tu plan, pese a audaz y apreciable, fracasa. Y no descubrís el porqué. Entonces, lo intentás una y otra vez, chocando siempre contra la misma pared.

Yo, que lo miro de afuera y gozo de otra perspectiva, entiendo perfectamente lo que sucede: no se puede combatir una guerra cuando por dentro se está enfrentando una batalla. Es simplemente inútil, aunque pueda parecerte injusto o creas que igualmente podés hacerlo, lo único que estás logrando es empeorar esa batalla interna.

Por eso quiero pedirte que la resuelvas. Dejá todo lo que estás haciendo, sentate a reflexionar. Dedicate tiempo, más allá del que obtenés en la ducha o antes de dormir. Detenete, que en la vorágine de trabajar, estudiar o pensar en cosas que no merecen estar en nuestro cerebro, nos olvidamos de vivir, de respirar. Aniquilá las dudas. Destrozá los miedos. Rompé la barrera de la inseguridad, esa que no te permite ser quien sos. Destroná a la herida para que en su lugar reine la paz vestida de cicatriz. Confrontá al enemigo, ese que vive dentro de tu cabeza, y desterrá a aquellas voces que no le hacen justicia a lo que vos pensás, a lo que sos. Si necesitas un compañero, mirá al espejo y allí lo vas a encontrar. Luchá, con todas tus fuerzas, con buenas estrategias, aunque tome mucho tiempo. Una vez ganada la batalla, vas a mirar al horizonte y ahí te va a estar esperando la guerra, con temor, porque ya vio que sos capaz de vencer. Pero lo más importante es que vos te demostraste a vos mismo que sos capaz de vencer, y cuando lográs eso, te aseguro que ya no hay vuelta atrás.

. Lucía Chiola Iannone

bottom of page